La caspa se presenta por diferentes causas y es debido a una renovación celular acelerada, que produce células muertas que se acumulan quedando adheridas al cabello o al cuero cabelludo. Estas células muertas son de color blanco y se vuelven visibles al caer en el hombro o en la ropa, lo que genera incomodidad y vergüenza en quien la padece a pesar de ser una condición que les ocurre a muchísimas personas. Las principales causas de las caspa son:
• Una sensibilidad especifica del cuero cabelludo que favorece su desarrollo
• Una producción excesiva o disminuida del rango normal en el sebo del cuero cabelludo, que favorece la aparición.
• El desarrollo de un hongo que vive de manera natural en cuero cabelludo, pero que cuando se alteran sus condiciones, se reproduce.
Por lo anterior, reconocer cuál es el origen de la caspa es fundamental para tratarla, porque de lo contrario estaríamos adoptando, en algunos casos, un tratamiento erróneo.
La caspa se presenta de dos maneras y es fundamental distinguirlas para encontrar su origen, la más frecuente es la caspa seca que se caracteriza por el desprendimiento de pequeñas capas de piel color blanco que se cae fácilmente del cuero cabelludo haciendo que el cabello se vea apagado, áspero y sin brillo, y solo algunas veces causa sensación de picazón o inflamación.
Por otro lado, encontramos la caspa grasa donde las escamas son más grandes y van acompañadas de sebo. Es fácil de reconocer por que no se ven residuos blancos en la ropa y se manifiesta con una placa amarillenta que se adhiere al cuero cabelludo sobre todo en las zonas donde producimos más sebo, como la parte frontal o en la nuca, y genera mucha picazón. Cuando es muy generalizada, se denomina caspa severa y puede estar asociada a la aparición de un hongo, lo que se denomina dermatitis seborreica.
La caspa puede aparecer en diferentes etapas de la vida como
• En la adolescencia: pues hay una mayor actividad hormonal que genera mayor actividad en las glándulas sebáceas del cuero cabelludo, dificultando la descamación y haciendo que se formen placas amarillentas de piel muerta, difíciles de desprender ya que están adheridas por el exceso de sebo.
• En la edad adulta: Suele aparecer más en hombres que en mujeres, sin una causa especifica. Hay ciertos factores que alteran esta condición como: cambios hormonales, periodos de estrés, o cambios de clima, pues en épocas de frío puede empeorar y en épocas más calurosas del año puede mejorar notoriamente.
Otro factor que puede desencadenar la caspa, puede ser un desequilibrio en la microbiota del cuero cabelludo o incluso la sensibilidad a productos que utilizamos para lavarnos el pelo.
Esto dependerá de cada persona y del tipo de caspa que tenga. Una vez que se presenta esta alteración en el cuero cabelludo y es visible, debemos consultar al dermatólogo, quien hará una inspección para determinar qué tipo de caspa padecemos, el grado en el que está y los productos adecuados para controlar esta condición.
Por lo general el tratamiento de la caspa en sus faces más leves o moderadas está acompañado de un shampoo con activos que actúen en tres vías:
• Queratoliticos: agentes que ayudan a eliminar esas capas de piel que están sobrepuestas en el cuero cabelludo y que permiten controlar la renovación celular.
• Sebo-reguladores: que ayuden a regular la producción del sebo.
• Antifúngicos: para tratar los microorganismos alterados en nuestro cuero cabelludo.
Es importante también lavar con regularidad el cabello, evitar frotarnos con las uñas y una vez finalizado tratamiento anticaspa, seguir utilizando el shampoo acorde por lo menos una vez a la semana con el fin de entrar en una fase de mantenimiento y evitar el rebote de esta condición. Es recomendable no automedicarse, seguir las indicaciones del dermatólogo y no hacer remedios caseros para tratar de eliminar la caspa pues estos pueden inflamar e irritar el cuero cabelludo y alterar aún más la condición.
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