En momentos como el que vivimos donde queremos realizar actividades diferentes y gratificantes en casa, cuando queremos reconciliarnos con la naturaleza y poder disponer de hortalizas frescas y sanas cultivadas en casa, descubrimos que existen recursos sencillos y prácticos como la siembra reutilizando recipientes de diferentes materiales de los que todos disponemos en nuestras casas, como cajas de cartón tetrapak, botellas plásticas de gaseosa e incluso vasitos de diferentes tamaños.

Dependiendo del espacio del que dispongamos podemos organizar nuestra huerta casera, si contamos con un pequeño patio o un balcón podremos sembrar directamente en el suelo y si no es así podemos utilizar materas o construir los denominados “bancos” que no son más que cajones, generalmente de madera o canastillas de diferentes tamaños donde podemos plantar nuestras hortalizas, incluso es posible organizar una huerta hidropónica o semi hidropónica.

Para comenzar sólo tenemos que tener las ganas de tener nuestra huerta en casa, decidir que vamos a plantar y ver el espacio del que disponemos, así como los recipientes para hacerlo.

En la sección de jardinería de algunos supermercados o en tiendas especializadas en productos agrícolas podemos comprar los sobres de semillas, allí encontraremos: cilantro, lechuga, zanahoria, tomate, ají, pimentón, rábanos, brócoli, coliflor, rúgula, perejil, cebollín, acelga, espinaca, calabacín y pepino, pero también es posible adquirir plantas aromáticas y condimentarias como albahaca, estragón, tomillo, mejorana, manzanilla, menta, toronjil, hierbabuena y salvia entre muchas otras.

Sin embargo, si no tenemos disponibles las semillas podemos plantar las raíces de las hortalizas que consumimos en casa, por ejemplo las lechugas de producción hidropónica que son comercializadas en los supermercados con raíces, de igual forma es posible plantar la base de las zanahorias, cebollas, apio e incluso las raíces del cilantro y obtener nuestras hortalizas de manera permanente sin necesidad de adquirir semillas, para ello es aconsejable cortar la base de la hortaliza y colocarla en un recipiente con poca agua durante 7 a 10 días cuando se verán los brotes de las hojas y en algunos casos unas pocas raíces, en este momento pueden ser plantadas en tierra.

Otra opción es secar en casa las semillas del ají, tomate o pimentón para después sembrarlas, incluso las semillas de frutas como la uchuva pueden obtenerse de esta manera; algunas especies pueden plantarse por esqueje como es el caso de la albahaca, basta poner sus ramitas unos días en un vaso con agua y veremos cómo comienzan a salir raíces, momento en el que está lista para ser plantada en tierra.

Generalmente empleamos como sustrato la tierra negra, preferiblemente mezclada en una proporción de 3 partes de tierra por 1 de cascarilla de arroz. Como abonos preferimos los de origen orgánico que incluso pueden producirse en casa empleando una botella plástica de los productos Klorane a la que recortamos parcialmente su base, manteniendo una franja sin cortar y que funcionará como bisagra para la tapa, la botella se perforará en varios puntos y se llenará intercalando una capa de residuos orgánicos vegetales de la cocina cortados en trozos pequeños con una capa de tierra, una vez se llene la botella se enterrará con la base hacia arriba en una matera con tierra y al cabo de un período que oscila dependiendo del clima entre 45 y 60 días se retirará de la matera y podrá utilizarse el abono que se encuentra dentro de la misma completamente degradado.

Un sistema semi hidropónico puede implementarse utilizando de igual forma las botellas plásticas, pero en este caso recortando la punta de la botella aproximadamente 7 a 10 cm bajo el extremo superior y colocando este embudo de manera invertida sobre la base de la botella, que previamente se llenó de agua. El sistema queda listo para sembrar las semillas o las raíces con un poquito de tallo de que dispongamos, una vez se coloque una mecha de tela o estopa que mantendrá húmeda la tierra depositada en el recipiente formado por el embudo.

La clave para lograr el éxito de nuestra producción casera de hortalizas es la selección de las especies a trabajar según el clima, controlar la frecuencia del riego y mantener bien abonadas las plantas, con ello garantizaremos que estén saludables y por supuesto el toque final y el más importante es el cariño con que realicemos esta actividad, que con seguridad será muy gratificante y le encantará a toda la familia Klorane.